Photo by JA / Sydney, Australia / 2018 |
Han sido muchas las voces críticas que se han escuchado al respecto ofreciendo argumentos firmes y sólidos para mostrar su desacuerdo hacia este despropósito que quieren llevar a cabo desde las altas esferas políticas y resulta difícil añadir opiniones nuevas sin caer en la redundancia. Pero la gravedad de la situación nos obliga a ofrecer nuestra particular visión del último ataque que está sufriendo nuestra profesión y que comenzó hace unos años con esa mercantilización de las universidades que se impuso gracias al Proceso de Bolonia, el cual finalmente, y como todos ya advertimos en su día, no ha servido para otra cosa más que para devaluar nuestra titulación hasta un punto tan dantesco que a día de hoy ningún arquitecto sabe exactamente que equivalencia académica tiene a nivel europeo.
La cuestión es siempre la misma: en lugar de simplificar las cosas para intentar que funcionen mejor, todo consiste en añadir más variables a una ecuación que ya está saturada de por sí desde hace demasiado tiempo.